La ingesta habitual de hongos puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata. Así lo ha confirmado un estudio de cohorte en Japón, realizado en hombres de mediana edad y ancianos.

 

El equipo de investigación japonés publicó sus hallazgos en el International Journal of Cancer. En esta investigación, 36.499 hombres libres de cáncer, entre 40 y 79 años, fueron seguidos por un período medio de 13 años. Los participantes formaron parte de dos estudios de cohorte en curso: Miyagi y Ohsaki. Por lo que el total ascendió hasta los 51.760 participantes.

 

Cabe destacar que el estudio excluyó a los sujetos que fueron diagnosticados antes del seguimiento, los que murieron, así como aquellos con valores faltantes de consumo de hongos. Para el desarrollo del análisis, se utilizó un cuestionario de frecuencia de alimentos para recopilar datos sobre la ingesta.

 

Ingesta de champiñones

 

Durante el seguimiento, se identificaron 1.204 casos de cáncer de próstata. Los resultados corroboraron que una ingesta frecuente de hongos, una o más veces a la semana, reducía significativamente el cáncer de próstata. Estos datos se alcanzaron tras la comparación con los participantes que ingirieron menor cantidad de hongos.

 

No obstante, el mecanismo de los efectos beneficiosos de los hongos sobre el cáncer de próstata seguía siendo incierto. Por ello, los investigadores han proporcionado algunas posibles respuestas. Por ejemplo, dijeron que la L-ergotioneina podría mitigar el estrés y reducir el daño oxidativo. Se trata de un antioxidante presente en grandes cantidades en los siguientes tipos de hongos: shiitake, ostras, maitake y ostras reales.

 

Por otra parte, en un ensayo clínico de fase 1, los champiñones blancos parecían tener actividad contra el cáncer de próstata a través de la modulación inmune. De todos modos, los compuestos activos aún no están claros. Los investigadores señalaron al respecto que “estos componentes bioactivos podrían desempeñar un papel en la relación inversa observada entre el consumo de hongos y el cáncer de próstata”. Esto se debe a que el shiitake, los ostra, el maitake y los champiñones blancos se consumen comúnmente en las áreas de estudio.

 

Significativo en participantes mayores

 

La relación inversa fue especialmente evidente entre los participantes mayores de 50 años. En cambio, no difirió según la etapa clínica del cáncer y la ingesta de verduras, frutas, carne y productos lácteos. Esto significó que un mayor consumo de hongos estaba relacionado con un menor riesgo de cáncer de próstata incidente.

 

La alimentación y los hábitos saludables también están vinculados con los resultados, ya que los sujetos que ingerían menor cantidad de verduras y frutas sufrían mayor riesgo. Ocurrió lo mismo con aquellos que consumían más productos de carne y lácteos.

 

Cabe señalar que no se observó una relación significativa entre la ingesta de hongos y el cáncer de próstata incidente entre los hombres menores de 50 años.

 

Limitaciones

 

A rasgos generales, los investigadores admitieron varias limitaciones en el estudio. Primero, el consumo de hongos solo se evaluó al inicio del ensayo, por lo que la ingesta podría haber cambiado durante el seguimiento. En segundo lugar, dado que no se recopiló información sobre las especies de hongos, fue difícil saber qué especies concretas contribuyeron a los hallazgos.

 

Por último, los investigadores señalaron que su estudio es el primero de cohorte prospectivo con seguimiento a largo plazo. La investigación observó una relación inversa entre el consumo de hongos y el cáncer de próstata incidente, y sugirió que la ingesta habitual podría ayudar a prevenir el cáncer de próstata. Además, recomendaron investigaciones adicionales en otras poblaciones.

 

Referencias

 

Zhang S, Sugawara Y, Chen S, Beelman RB, Tsuduki T, Tomata Y, Matsuyama S, Tsuji I. Mushroom consumption and incident risk of prostate cancer in Japan: A pooled analysis of the Miyagi Cohort Study and the Ohsaki Cohort Study. Int J Cancer. 2019 Sep 4.