Los científicos de la Universidad de Chicago están pidiendo ensayos clínicos para investigar si la vitamina D puede reducir la incidencia de COVID-19. El equipo de investigación ha realizado un estudio retrospectivo en el que se encontró un vínculo entre la deficiencia de la vitamina del sol y la probabilidad de infectarse con el coronavirus.

 

David Meltzer, Jefe de Medicina Hospitalaria en UChicago Medicine (EE.UU.), ha liderado el el estudio en el que se encontró que los pacientes que tenían deficiencia de vitamina D (menos de 20 ng / ml), y no fueron tratados, tenían casi el doble de probabilidades de dar positivo por COVID-19. Este grupo de pacientes que se tomó la dosis de vitamina D diaria se comparó con otros pacientes que tenían niveles suficientes de la llamada “vitamina del sol”.

 

La vitamina D es importante para la función del sistema inmunológico. “Ya se demostró anteriormente que los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de infecciones virales del tracto respiratorio”, ha subrayado el Dr. Meltzer. Con su análisis estadístico vincula estas afirmaciones con la posible prevención del COVID-19.

 

Los estudios coinciden

 

Una ola de publicaciones científicas ha sugerido que la suplementación con vitamina D3 podría ser un enfoque potencialmente prometedor y seguro para ayudar a reducir el riesgo de infecciones y muertes por COVID-19. De este modo, los metaanálisis de ensayos clínicos aleatorios (ECA) han demostrado que la suplementación con vitamina D3 reduce el riesgo de infecciones agudas del tracto respiratorio.

 

Cabe destacar que la mitad de los estadounidenses padece deficiencia de vitamina D. Esto significa que el tratamiento para elevar los niveles de vitamina D podría cambiar el riesgo de COVID-19. “Esto no solo afecta a EE. UU., es de gran importancia a nivel local, nacional y mundial”, matizó Meltzer. “La vitamina D es barata y generalmente muy segura”.

 

La vitamina del sol

 

La vitamina D se divide en dos precursores biológicamente inactivos: D3, también conocido como colecalciferol, y D2, denominado ergocalciferol. Tanto los precursores D3 como D2 se transforman en el hígado y los riñones en 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D), la forma de “almacenamiento” no activa y la forma activa 1,25-dihidroxivitamina D (1,25 (OH) 2D).

 

Generalmente, nuestro cuerpo produce vitamina D al exponerse al sol, pero los niveles de luz solar en algunos países del norte son demasiado débiles durante los meses de invierno. En estos casos, nuestro cuerpo no produce vitamina D en absoluto, lo que significa que muchos consideran que los suplementos dietéticos y los alimentos fortificados son la mejor manera de hacerlo, con el fin de aumentar la ingesta de vitamina D.

 

Detalles de la investigación

 

El Dr. Meltzer y sus colaboradores analizaron datos de 489 pacientes del UChicago Medicine. Los niveles de vitamina D de los participantes en el estudio se midió dentro de un año antes de la prueba de COVID-19.

 

Los datos publicados en JAMA Network Open indicaron que el riesgo relativo de dar positivo por COVID-19 era 1,77 veces mayor para las personas con deficiencia de vitamina D, en comparación con las personas con niveles suficientes. Este resultado fue estadísticamente significativo, según los investigadores.

 

“Los hallazgos de este estudio sugieren un papel del estado de la vitamina D, basado en la deficiencia de los niveles y el tratamiento, en el riesgo de infección por COVID-19”, escribieron los autores. No obstante, apuntaron que “se necesitan ensayos clínicos aleatorios de intervenciones para reducir la deficiencia de vitamina D. Así se podría determinar si esas intervenciones podrían reducir la incidencia de COVID-19, incluyendo intervenciones de población amplia y otras entre grupos con mayor riesgo de deficiencia de vitamina D y COVID-19″.

 

Otras conclusiones con la vitamina D

 

Recientemente, un equipo de investigadores del Centro de Investigación del Cáncer de Alemania analizó datos de casi 10.000 personas. Se encontró que la insuficiencia y la deficiencia de vitamina D (niveles de 25-hidroxivitamina D en sangre de 30-50 y <30 nmol / L, respectivamente) resultaron ser comunes (44% y 15%, respectivamente), en comparación con aquellos que mostraron un estado suficiente. En este sentido, los participantes con insuficiencia y deficiencia de vitamina D tenían una mortalidad respiratoria muy aumentada.

 

Por otra parte, investigadores del Trinity College en Dublín, Irlanda, declararon a principios de este año que se sugiere que la deficiencia de vitamina D juega un papel importante en la gravedad de las infecciones por COVID-19.

 

Los científicos del Trinity College hicieron unas declaraciones para la publicación Alimentary Pharmacology and Therapeutics, en ellas dijeron que “la evidencia que respalda un efecto protector de la vitamina D contra la enfermedad grave COVID-19 es muy sugerente”. Los autores han mencionado que “una proporción sustancial de la población en el hemisferio norte sufre deficiencia de vitamina D, por lo que es recomendable elegir una suplementación segura de 1000 unidades internacionales (25 microgramos) por día”.

 

Para terminar, los investigadores han hecho hincapié en el papel de los gobiernos de todo el mundo, señalando que “es hora de que fortalezcan las recomendaciones para la ingesta y la suplementación de vitamina D, especialmente cuando están bloqueadas”.

 

Referencias

 

Meltzer DO, Best TJ, Zhang H, Vokes T, Arora V, Solway J. Association of Vitamin D Status and Other Clinical Characteristics With COVID-19 Test Results. JAMA Netw Open. 2020 Sep 1;3(9):e2019722.