Iniciarse en la macrobiótica, es como aprender medicina en versión casera…
Hoy hablaremos de un dulce muy peculiar y popular japonés y usado en la alimentación macrobiótica, el amasake.
Lo primero y más interesante del amasake para mucha gente, es su efecto laxante y sólo por hacer que funcionemos bien, ya merece la pena probarlo.
También es fantástico para combatir la hipoglucemia, que parece una tontería pero transtorna nuestro cuerpo de manera severa en muchos casos.
Esa frase tan manida de… el cuerpo me pide dulce, pués con el amasake podemos equilibrar el cochino hábito de comer azúcar rápido sin ton ni son porque, la verdad, en ese estado no solemos actuar con claridad (sobretodo pensar).
El amasake es un arroz integral fermentado mediante un tratamiento que se llama koji, el habitual de los derivados de soja (un hongo utilizado en Japón para fermentar alimentos). Es un preparado tradicional japonés que también se puede hacer con más cereales y si os parece que suena mal, en realidad no es para tanto porqué simplemente el proceso descompone moléculas grandes de pequeñas mediante enzimas que también tenemos en nuestro sistema digestivo y es precisamente de fácil digestión y limpieza.
Además es rico en fibra, enzimas y vitamina B, su utilización habitual es edulcorante, pero su sabor dulce y cremoso según su liquidez, hace que lo podamos desayunar aderezado con canela y limón , que nos untemos una tostada con algo salado o frutos secos para almuerzo o merienda… ah! y lo pueden comer bebés si está preparado adecuadamente para ellos!